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16 eran multitud tus mercaderes,
más numerosos que las estrellas del cielo:
langostas que despliegan sus alas
y se echan a volar.
17 Tus guardianes eran como saltamontes
y tus oficiales como nube de langostas
que se posan sobre los vallados
en los días de invierno,
pero huyen cuando sale el sol,
y nadie sabe a dónde van.
18 Tus pastores, rey de Asiria,
se han quedado dormidos,
tus capitanes están soñolientos,
dispersas tus tropas por los montes.
¡No hay nadie que las agrupe!

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